Gran parte de su superficie está conformada por el extenso y más árido desierto del mundo, el Desierto de Atacama, que conforma diversas líneas a través de sus cerros y en los atardeceres, una fiesta de colores que son únicos en el continente.
El clima es templado prácticamente durante todo el año, principalmente en sus zonas costeras Antofagasta, Taltal, Mejillones, Tocopilla; no obstante, en las comunas ubicadas al interior, María Elena, Calama, San Pedro de Atacama y Ollagüe, se goza de las más extremas sensaciones térmicas, siendo muy cálidas de día y muy frías de noche.
Sus playas si bien gozan de tranquilidad y calidez, son disfrutadas de día y de noche por los visitantes, y sus aguas son escenario para diversas actividades como pesca, kayak, bodyboard, buceo y surf.
Subiendo desde la costa hacia el interior, nos vamos encontrando con un espejo hacia el pasado, como llegar a María Elena, la última salitrera activa del mundo, un lugar que vive en medio de la pampa y guarda un patrimonio materia e inmaterial de gran valor. A más altura se encuentra Calama, comuna minera cruzada por el Rio Loa, el más largo de Chile, y en sus alrededores se vislumbran hermosos valles, zonas arqueológicas, pictoglifos milenarios en el denominado Alto Loa: aquí están las localidades de Chiu Chiu, Lasana, Caspana, Ayquina, Turi, Taira, entre otras, donde viven comunidades indígenas con vasta cultura andina (quechua, aymara y likanantay), tradiciones y una gastronomía peculiar.
Continuando el periplo surge la imponente San Pedro de Atacama, donde se aprecian zonas de inmensa belleza como el Valle de la Luna con el mejor atardecer de la zona, y los mejores avistamientos de las estrellas. Zona de volcanes, lagunas, geysers, termas, pukarás, todo con un gran abanico de tours, actividades, deporte aventura y contacto pleno con la naturaleza.
Culminando este ascenso y luego de pasar por salares infinitos aparece Ollagüe, comuna limítrofe con Bolivia, donde comienza y termina el vasto trayecto del tren y donde también se puede sentir el estar a los pies de un volcán.
Todo en un solo lugar, la región de Antofagasta es lo que buscas para sentir paz y tranquilidad, pero también vibrar con sabores, aventura y experiencias únicas.